A la gana…
¡Sí!, escucharon bien… a la Gana, a la que seguramente aun no han estudiado ni en Biología ni en Anatomía, aunque esté tan ligada con el ser humano.
A la Gana, a esa parte que parece que se ocupa de la voluntad, bueno, tendría yo que decir a la Gana que ocupa absolutamente toda la voluntad, porque en términos generales hacemos lo que se nos viene en Gana.
La Gana, parece que va tomando hoy cada vez más terreno, parece ser actualmente la más popular.
¿Vas a clases?, ¡No!, ¿Por qué? Claro, ¿Por qué?, porque me vienen en gana.
¿Entras a la conferencia?, ¡No!, ¿Por qué?, no tenemos ganas.
¿Llegas tarde a clases?, sí, porque no tuve ganas de pararme temprano.
Pues a ti, real y soberana Gana quiero dedicarte estos renglones, porque por lo que veo estás sumamente prestigiada, es más empecé diciéndote Real y Soberana Gana, o sea, la que hoy mandas y gobiernas al mundo en general.
Por ti soberana…
- Se estudia o no se estudia.
- Se trabaja o no se trabaja.
- Se atiende a los alumnos o no se les menosprecia.
- Se hace huelga o sólo paro.
- Se hace un desorden o una revolución.
Sí, a ti te escribo.
A ti Gana, señora y soberana que tienen un nombre y un apellido, eres tan individual que no te compartes ni repartes, eres la triunfadora, tus terrenos han alcanzado lo inalcanzable.
Ya no sólo ocupas la voluntad en su totalidad, a ti soberana Gana te reconozco que ya alcanzaste la naturaleza, es decir, ya no soy mujer porque no se me da la gana, ya no soy hombre porque no me nace serlo.
Tendré los hijos que a mi regalada gana se le dé, y disolveré mi matrimonio igual que como lo armé.
Pondré la gana que yo quiera en mi trabajo según mi estado de ánimo, y dependiendo de mis ganas aprenderán o desertarán mis alumnos.
A ti Soberana mis respetos y admiración.
Te considero la ganadora.
Tu siempre fiel rival.
Fuente: Lic. Maruca Serrano de Ortega