5 CLAVES PARA DESARROLLAR TU ESPIRITUALIDAD EN MEDIO DE TU VIDA DE MADRE
Un comentario recurrente entre las nuevas madres –medio en broma- es que si pudieran regresar el tiempo, a su vida de solteras, se darían un “zape” cuando se quejaban de que no tenían tiempo “para hacer nada”. Y es que ahora que se es mamá resulta ser mucho más absorbente.
Una de las cosas que más se resiente es la vivencia de una fructuosa vida espiritual. Es complicado contar con minutos de serenidad suficientes para ir a orar ante el Santísimo, o para recitar el Rosario completo, ¡ni qué decir para ir a Misa y prestar atención como es debido!
La sed de Dios sigue en tu corazón pero te encuentras rodeada todo el tiempo por al menos un par de pequeños ojos que te necesitan todo el día: hay que levantarlos, atenderlos, llevarlos, traerlos. Además, preparar la comida todos los días, recoger y arreglar la casa y además dedicarte a tus pendientes personales o laborales. Cuando caes en cuenta ya terminó el día y entonces, por la noche, solo alcanzas a musitar una breve y cariñosa oración que te deja un mal sabor de boca.
De pronto nos hallamos en el lugar de Martha, la hermana de Lázaro, quien se afanaba todo el día, y envidiamos a María, quien solamente disfrutaba la presencia y grandeza de Jesús. Entonces te preguntas: ¿Alguna vez podré recuperar la normalidad en mi vida espiritual?
PONER EN PAUSA A LA ORACIÓN NO ES OPCIÓN
¿Qué hacer? Poner en pausa tu vida espiritual durante la crianza de tus hijos, definitivamente, no es opción pues ¿de qué otra manera evitaremos caer constantemente en la desesperanza ante los constantes retos que conlleva la maternidad?
Así pues, en este artículo queremos compartirte cinco maneras como puedes hacer crecer tu espiritualidad en medio de tu hermosa, pero a veces complicada vida de mamá.
- La “normalidad” no existe
Debes aceptar que tu vida ha cambiado. El regalo de la vida de tus hijos la ha modificado por completo y entonces, debes dejar que fluya también tu vida espiritual. Si de momento no puedes establecer horas fijas para algunas normas de piedad, sí puedes hacer de todo lo que realizas una oración Si levantas a tu bebé, pídele a Jesús que levante tu corazón hacia Él, si lo bañas, pídele que purifique y limpie tu alma… Busca pequeños momentos de diálogo conforme atiendes a tu familia, de manera que estés siempre en presencia de Dios.
- Jesús te acompaña siempre
No es preciso elegir entre Martha (ocupada y atareada siempre) y María (dedicada por entero a mirar a Jesús), ¡puedes unir la riqueza de estos dos personajes! ¿Cómo? Con una palabra mágica: Ofrecimiento de obras. Ofrecer cada cosa que realices y hacerte acompañar por María y Jesús. No realizar tus tareas como robot sino que invita siempre a Dios a ser parte de tu día.
- Un misterio y detalle por descanso
¿Cómo rezar el Rosario con el día dividido en tantas partes? Puedes rezar un misterio por “break”. ¿Estás lavando los trastes? ¡El momento perfecto para recitar diez avemarías!, ¿vas camino al pediatra?, ¿estás picando verduras para una sopa?, háblale a Jesús, haz algún canto religioso, o escucha una homilía.
- Aprovecha la tecnología
Al amamantar o arrullar a tu bebé es común mirar en redes sociales las novedades del día. Te presento una opción más: ¿por qué no dedicar al menos 15 minutos a buscar alguna capilla de adoración que esté en vivo las 24 horas desde Youtube? Ahí Jesús está listo para escucharte y reconfortar tu corazón. Busca páginas que transmitan en vivo la Santa Misa y el Rosario para acompañar tus momentos.
- Haz vida tu fe
En casa, cuando no puedes más, cuando la canasta de ropa sucia se llena al terminar de acomodar la ropa en los cajones, es el mejor momento para hacer vida tu fe, para ejercitar la paciencia, para abrazar tu cruz, para dar siempre un poco más. Jesús te ha elegido para ser madre, y quiere acompañarte y hacerte crecer en santidad amando hasta el extremo, como Jesús.
¿Qué te parecen estas cinco opciones para hacer crecer tu vida espiritual? ¿quieres compartirnos alguna otra?
Marilú Ochoa
Es licenciada en Comunicación con Maestría en Desarrollo Humano.
Esposa y “madre en construcción” de seis pequeños.
Agradecida por el regalo de Dios de mi esposo y mis seis hijos. Me atrevo a compartirte mis luchas, retos, anhelos y podamos juntas compartir nuestras inquietudes.