Familia y trabajo ¿peleados?
Norma Barba
Es cada vez más constante ver niños de bed and breakfast (dormir y desayunar en casa) o de guardería, abuelos en casa de descanso, enfermos y discapacitados solos, o mal atendidos.
Pero también lo es la insatisfacción y dolor de sus tutores por no darles el tiempo, compañías y atención que necesitan y que les gustaría dar, pero que, por no “poder” engranar el horario o responsabilidad del trabajo, cargan un sentimiento de deuda y culpabilidad que buscan saciar con regalos.
Para Jorge Cisneros, cocinero español que desean llevar a su hijo a la guardería, y que no podía hacerlo porque su horario laboral de entrada se lo impedía, esta dificultad quedo superada tras, el reconocimiento de las autoridades, vía sentencia dictada en diciembre de 2015 de ” la prevalencia de la protección de la familia, sobre las organizativas de la empresa”.
Lo que sin duda refleja dos grandes cosas: que el cuidado de la familia es un bien superior al laboral, reconocido por Estado, y que es posible lograr el engranaje entre ambas para beneficio de tutores, pupilos y sociedad.
Un bien necesario
Tanto el trabajo como la familia son un bien necesario que satisface al hombre y busca su desarrollo, sin embargo, no están el mismo nivel; mientras que el primero está en ámbito de lo material, teniendo como finalidad el sustento , el segundo esta en el trascendental, tiene crecimiento de cada persona.
Por tanto ambos no pueden estar en conflicto, somos los seres humanos quien lo hemos ido complicando.
Para Nuria Chinchilla, especialista en el tema con más de 20 años de investigación en Europa, esto sucede por la incorporación de los dos cónyuges a la vida laboral, las jornadas laborales prolongadas, la distancia entre centros de trabajo y casa, la sobre valoración profesional y la consecuente desvaloracion de (ama de casa) pero sobre todo por la falta de priorización en nuestro proyecto de vida.
La compra de un coche, de una casa, las vacaciones lujosas , la ropa de marca, el colegio cotizado, las Salidas a restaurant, el placer del recogimiento profesional, la vida más confortable de salí a trabajar, , son algunas cosas que sin desearlo, lo ponemos por encima de la sonrisa de nuestro hijo por quedarme a jugar con el, o la mi padre o abuelo por comer en casa, de mi hermano en cama atender sus yagas.
Lo relevante es que somos los mismos seres humanos (hombres y mujeres) los que reconocemos que la familia “si nos importa” y queremos estar mas tiempo disfrutándolos, al cuidado y servicio de nuestros seres queridos.
De acuerdo con la encuesta la asociación mexicana: “Humanizate hoy”, mas del 90 % quisieran estar mas tiempo con la familia y tendrían los hijos que desean si no trabajaran, mientras que según el informe del Instituto de Política Familiar (ipf) de diciembre de 2015, 2/3 personas considera que es deber de la familia el cuidado a los hijos menores (61.8); dos tercios de las personas que la falta de conciliación impide a los matrimonios jóvenes tener los hijos que desean.
Lo que es más lamentable: dos de cada tres personas han llegado tan cansados del trabajo que ya no realizan actividades del hogar, provocando que más de la mitad de los españoles no puedan dedicar ninguna hora al día al cuidado de la familia.
Propuestas como la reducción horaria, el trabajo en casa, ampliación de permisos de maternidad y paternidad con goce de sueldo o cuidado de enfermos, son alguna buenas opciones que buscan generar condiciones sociales para que cada miembro de la familia pueda cumplir con su función familiar.
Pero sin duda, éstas no pueden suplir o ser suficientes, sin la determinación que usted y yo hagamos de que por encima de cualquier cosa, esta en mis acciones, cumplir con nuestra “función familiar de protección” del amor y respeto entre sus miembros, el Cuidado y atención, educación, formación y acompañamiento de nuestros niños, ancianos y enfermos.
Humanicemos el trabajo, prioricemos la familia.