Los nuevos retos de la familia
Norma Barba
La familia como comunidad de amor, educativa y cuidadora está siendo cada vez más lacerada por ideologías y condiciones sociales que ponen en riesgo la plenitud del hombre y de la humanidad.
Con la creación de nuevos conceptos de familia, de formas de integración e incluso de sus funciones, se ha reducido a esta institución natural a simples uniones artificiales egoístas y utilitarias.
Existen en la actualidad grupos y corrientes interesadas en mostrar a la familia como una entidad que puede o no tener como base el matrimonio, o que éste puede estar conformado por personas del mismo sexo. Incluso el que puedan casarse una persona viva con una ya fallecida, o un casamiento entre una persona y un animal y peor todavía, entre una persona y un objeto, un árbol o una computadora, por ejemplo.
Afirmar lo anterior no sólo va en contra de toda lógicay en sentido contrario a la búsqueda de la felicidad, sino que niega el origen y destino de la familia, tal y como fue creada.
Es decir que ante las propuestas ideológicas (de pensamiento), nos enfrentamos a un problema antropológico y no de evolución de la sociedad al que el Papa Benedicto XVI se refería como la peor revelación de la criatura contra su creador.
Reconocer y respetar la naturaleza
Esto sin duda, nos plantea el primer reto de la familia: reconocer y respetar su naturaleza, misión y función divina, diseñada por Dios para arropar, guiar y cuidar al ser humano en su paso por la vida terrena y alcanzar la eterna.
La familia nace del amor entre un hombre y una mujer para donarse entre si y a quienes sobrevengan por la procreación. Por tanto es el amor su esencia y motor.
En ese caminar se necesita un faro que dé luz y claridad en el destino, función que corresponde a los padres, por lo que ésta envestida de autoridad ante los hijos y el estado. De aquí nace el segundo reto de la familia: asumir y respetar la autoridad paterna, es decir la patria potestad.
No basta con ser responsables en la manutención y cuidado de los hijos, sino en su formación. De aquí que les corresponde decidir la educación sexual de sus hijos, la autorización o no de consumo de fármacos como anticonceptivos, abortivos o iniciadores hormonales, incluso la realización de cirugías de reasignación sexo en menores de edad.
En mexico, cada vez mas se busca excluir a los padres de su responsabilidad mediante disposiciones legales como la Norma Oficial Mexicana 046, la Ley de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolscentes, resoluciones judiciales y programas del IMSS.
El tercer reto al que se enfrentan las familias de este siglo, es la dificultad para transmitir valores acordes a sus creencias, pues es la sociedad y el estado quien dicta e impone cuales deben acogerse y cuales no, señalando a quienes discrepen.
El aborto es considerado por la legislación como algo positivo en tanto que éste sea decisión de la mujer basada en un supuesto, pero inexistente derecho sobre su cuerpo.
El cuarto reto de las familias se centra en su propia existencia y de la humanidad: abrazar la vida como algo inalienable y de valor absoluto.
Por tanto,nadie puede disponer de la propia vida, la del no nacido, del enfermo o el anciano. Mas aún negarse a la procreación o prestarse para la elaboración de bebes a la carta, mediante inseminación artificial y fecundación invitro.
La legalización de la eutanasia, la eugenesia, la mal llamada muerte asistida son opciones acogidas como justas y derechos humanos, que solo des quebrajan la dignidad humana.
El quinto y último reto de la familia es mantenerse unida. Tanto el matrimonio que funda la familia, como entre los integrante que la conforman.
Saberse parte de una comunidad da identidad, seguridad y fortaleza para enfrentar en la adversidad y el futuro.
La opción del divorcio ha sangrado miles de corazones en el mundo abriéndole heridas profundas que distorsiona el sentido del verdadero amor, engendrando temor e inseguridad en las nuevas generaciones para formas nuevas relaciones basadas en un amor maduro.
Otro factor esencial en la unidad de la familia es sin dudar el tiempo que le dedicamos o mejor dicho que no le dedicamos: juegos, partidos, comidas, tareas, consejos omitidos como consecuencia de las largas distancias, necesidad de trabajo y ausencia de las mujeres en el hogar.
Chesterton, filósofo inglés y converso católico, decía a quienes gustaban de modificar la familia o tacharla de tradicionalista que “quienes hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen”.
Pero trabajar por ella, por el contrario, es saber lo que se fortalece. Por eso Fray Ed Broom nos propone para afrontar estos retos 5 pasos: preparación para el matrimonio, frecuentar sagrada eucaristía, trabajar para complacer al otro, ejercer el arte de escuchar con amor y finalmente ser misericordioso.